“Muchas veces necesitamos realizar una compra o afrontar un gasto que no contemplábamos y no contamos con el dinero suficiente para lograrlo. En estos casos, para alcanzar ese objetivo, debemos recurrir a un crédito o préstamo. Antes de tomar una decisión, debemos analizar bien la situación ya que estos dos mecanismos son diferentes entre sí por su flexibilidad, financiación, plazos e intereses”, señala Florencia Valdes, Marketing Manager de Ixpandit Fintech Factory.
Préstamos Personales
Se define por ser una operación financiera en la que una entidad o un particular entrega al prestatario una cantidad de dinero al comienzo del trato, a condición de que se devuelva esa cantidad además de los intereses pactados, en un plazo también acordado. A la devolución de dicho préstamo se la denomina “amortización”. En tanto, al referirse a préstamos hay que tener en cuenta que la operación tiene un período que se determina en forma previa y los intereses se cobran sobre el total de la cifra prestada.
Créditos Personales
Se refiere a una cantidad de dinero que una entidad pone a disposición de un cliente, con un límite establecido. El solicitante no recibe ese monto completo al comienzo de la operación sino que puede usarla de acuerdo a las necesidades particulares a través de una cuenta o una tarjeta de crédito. En este caso, la entidad realiza entregas parciales. Por otro lado, el cliente puede solicitar la totalidad, una parte o nada; y solamente paga los intereses en función de la suma que haya dispuesto. En este punto cabe notar que usualmente se cobra una comisión sobre el saldo no dispuesto.
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